El controlador de la caja de cambios es uno de los elementos más importantes de la transmisión automática que controla la transmisión automática, asegurando su suministro de aceite a la presión correcta.
El funcionamiento de la transmisión automática, depende en gran medida del controlador, que en caso de dano, interfiere en el funcionamiento general de la caja y provoca una gran cantidad de anomalías, entre otros, un cambio de velocidades duro (con saltos) o demasiado suave (patinaje). Un mal funcionamiento del controlador de la caja de cambios también contribuye a un desgaste prematuro de otras partes del vehículo como el embrague o los discos de freno. Para mantener el coche en buen estado, se debe actuar tan pronto cuando surja un fallo. A veces se puede arreglar el controlador defectuoso, sin embargo, en la mayoría de los casos, es necesario reemplazarlo.